domingo, 21 de junio de 2009

Efectos y consejos tras una depilación láser


Aunque se crea que la depilación láser es totalmente indolora, no siempre es así totalmente por muy diferentes motivos e irá siempre en función de la sensibilidad de cada paciente y de la zona tratada. Por ello, es normal que durante una sesión de depilación láser se tenga la sensación de pequeños pinchazos, de quemazón y que se sienta un dolor leve. A veces, también es normal que la zona tratada quede un poco enrojecida después de una sesión y no desaparezca hasta el día siguiente.
Los pacientes que sean propensos a la aparición de hematomas puede que tras una sesión de depilación láser se encuentren con algunos de ellos, aunque no revestirá ninguna importancia y desaparecerán en un corto espacio de tiempo. También pueden aparecer enrojecimientos, llamados edemas perifoliculares, producidos por haber tenido que tratar con láser vello muy grueso del paciente, provocando alrededor de éstos unas marcas rojizas, que no revisten ningún motivo de preocupación, más bien al contrario, suele ser síntoma de eficacia en el tratamiento del vello indeseado.
Otras veces, cuando han transcurrido algunos días de la sesión de depilación con láser, pueden aparecer unos pequeños puntos negros en la piel. Esto carece de importancia, ya que se trata de la piel del vello muerto que está siendo expulsado.
En ocasiones hay que hacer uso de alguna crema antibiótica en los casos en los que aparezcan pústulas, motivadas por una infección del folículo (foliculosis). Esta dolencia es fácil de tratar y desaparece en cuestión de dos o tres días.
Y una última recomendación: no se recomienda tomar ácido acetilsalicílico el mismo día que tengamos que tengamos que ir a una sesión de depilación láser.

Fuente: Depilación láser definitiva